viernes, 10 de febrero de 2012

Invasión

Como veis, esta vez es la definitiva. Ahora sí que sí, y de momento, voy escribiendo! jajaja. Hoy sigo con mi verano en Francia trabajando como aupair, pero iré intercalando algún otro post sobre otras cosas que he hecho o que me interesan de vez en cuando, para que no se vuelva muy aburrido...

De momento, María y yo, en uno de los días que teníamos libres, decidimos irnos a ver Nantes. A mi no me gustó demasiado. Igual también influyó que hacía un día bastante gris. Era una ciudad que me llamaba la atención, pero me decepcionó... Aunque oye, para gustos están los colores!

Lo primero que hicimos al llegar fue ir a ver uno de los lugares más típicos de la ciudad, las máquinas de la isla. No entramos al museo, ya que sólo teníamos un día para verlo todo. Podíamos haber entrado; teníamos pensado coger el autobús de vuelta hacia las 8 de la tarde y acabamos cogiendo el de las 6 y media.



De allí volvimos para ir hacia el centro. Y llegamos a una iglesia preciosa. Lo que más me gustó de la ciudad sin duda alguna. No se cómo se llama la iglesia, pero está en la Rue Saint-Nicolas, en una plaza que hay justo detrás de la Pl. Royale. Verdaderamente una maravilla. Gótica. Enorme. Preciosa. Con unos rosetones que bien podrían competir con los de Notre Dame de París.


Bueno, mientras se subía la foto he buscado cómo se llama esta iglesia. ¡Y lo he encontrado! Es la iglesia de Saint Nicolas. Si vais a Nantes, no dejeis de visitarla.


Seguimos andando hacia el centro, y después de comer en el foso del Castillo de los Duques de Bretaña, nos dirigimos hacía la isla de Versalles, pasando por la Catedral. Los jardines de la isla de Versalles también son muy bonitos. Son jardines chinos. Muy muy bonitos. Después de la iglesia, esto es lo segundo que más me gusto. Creo que son las dos únicas cosas que me gustaron de la ciudad...


Y tras descansar un ratito, nos fuimos hasta el embarcadero que hay más adelante para hacer un "crucero" por los Castillos del Erdre. La mayoría no se veían muy bien porque están bastante escondidos por la vegetación. Había dos tipos de viajes, uno más largo que el otro. Nosotras hicimos el corto. En cuanto salimos, nos volvimos a la estación para coger el autobús de vuelta a Pornic.


Y unos pocos días después de nuestra visita a Nantes, Pornic se llenó de mariquitas. A mi me encantan, siempre me han gustado mucho. Desde pequeña, cada vez que veo una, tengo que parar a cogerla, no se por qué! Y tuvimos una plaga! No os haceis una idea de la cantidad que había. Nos dijeron que eso significaba que iba a hacer un verano muy caluroso, pero creo que se equivocaron... En el recipiente que se ve en la foto, entre los niños y yo conseguimos meter casi 200 mariquitas... y las que se quedaron fuera!


Al día siguiente de eso, por la mañana, María se fue junto con todos los chicos, a los que por cierto, no os he presentado! (al final del post lo hago), a andar en bicicleta. Y a mí me dejo con las dos niñas en casa pintando y haciendo figuras con globos.

Y esa misma tarde, con todo el calor y las mariquitas que eso conllevaba, nos fuimos a casa de Luisa, que tenía una piscina en el jardín, para refrescarnos un poco!




Y ahora mismo, os presento a todo el mundo, antes de seguir!!!! El niño moreno que sale en la última foto el Matthieu, el niño más trasto que he conocido en la vida y el mismo al que tenía que cuidar Luisa, pobre...

Y en la foto de abajo, os presento a los niños que cuidó Maria. Por este orden: Cloe, Matteo y Calvin

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